De la mujer TRABAJADORA

Bueno, bueno, hoy no es el día de la madre ni de las mujeres en general. Y cada vez, a medida que pasan los años, a medida que el 8 de marzo llega y a nadie se le ocurre regalar un libro o algo interesante ("un clavel en tu dia..." puaf!), a medida que leo los machistas blogs de mis tontos amigos, cada vez más detesto lo discriminativo que es, en sí que exista un "día de la mujer". Pero ya que existe, bueno sería recordar qué es lo que se celebra en realidad.
Consiste en conmemorar el asesinato a sangre fría de 120 trabajadoras de una fábrica, que se atrevieron a pedir la reducción de la jornada laboral a 10 horas, descanso dominical y el mismo salario de los hombres. La respuesta de los patrones fue encerrarlas en el galpón donde se realizaba la protesta y prenderle fuego.
Así que los comentarios de "no las comprendemos, pero no podemos vivir sin ellas" hoy están fuera de lugar. Más bien, machos alfa, a ver si reflexionan sobre lo que es capaz una mujer; sobre los retos que le impone hoy en día la sociedad a la mujer que trabaja y más aún si es cabeza de familia.
Hoy en día, más que tener la carga de depilarse o tener la regla, las mujeres tienen que ser exitosas laboralmente, productivas, inteligentes, pero también dulces, femeninas y bonitas. Además deben criar a los hijos, darles el beso de buenas noches, curar raspaduras y preparar la cena. Y además, tener a sus parejas contentos. A ver si un hombre es capaz de hacerlo todo así de bien en el mismo tiempo.
En el día de la mujer trabajadora, que ha luchado durante cientos de años por alcanzar un lugar que aún no es equivalente al del hombre (aunque una mujer es más productiva, su salario está siempre por debajo), que con amor y tezón ha levantado a los hombres que hoy andan por el mundo, alzo mi voz para recordarles a los hombres que se avispen, que las mujeres ya no los necesitan. Los aman, pero no los necesitan más.