Mi novio es menor que yo...

Un artículo de carrusel con el cual (nunca pensé que fuera posible) me he identificado totalmente. Es extraño verse reflejada en los sentimientos de otras mujeres y encontrar que no estoy tan loca después de todo. Bueno, si, pero no por esto.

Descubra el oculto encanto que encuentran las mujeres en los hombres más jóvenes

¿Más espontáneos, menos machistas, más sinceros, mejores amantes, más divertidos, más cariñosos?… En fin, todo está por probarse.
La siguiente es una escena que se ha repetido muchas veces. Varias amigas están reunidas, hay solteras y casadas. Después de confesiones, quejas y rutinas sobre el amor, alguna revela su última conquista. “Tengo un novio menor que yo”, dice, mientras entre risas, sorpresa, curiosidad y ese tufillo de envidia propia del género (¿por qué a ella y a mí no?), se arma una discusión sobre el tema.

...Bueno, pues yo tengo un novio menor que yo. Mucho menor. Y fue extraño leer este artículo, pues me sentí muy retratada en muchas cosas. De hecho, me ayudó a entender por qué me enamoré de un hombre mucho menor que yo, cuando NUNCA me había fijado en un tipo más joven. Si bien él es realmente especial y atractivo, más allá de la edad en sí, es rico ver que otras mujeres comparten la experiencia... Para empezar y hablando de lo más importante (sexo, por supuesto):

“Un joven se toma el tiempo, no por inexperto sino que se da el permiso de hacerlo bien”.

Absolutamente de acuerdo. Y sobre la manera como suelen ser los hombres en una relación:

“Creo que la edad no garantiza madurez, honestidad y buen trato. Y en mi novio encontré transparencia, lo que en otros que han vivido más se convierte en prevenciones y miedo”, afirma Mariana. Ella como Luisa y Ángela nunca habían estado con hombres jóvenes.

Otro punto totalmente en común. Y si hablamos de la relación en sí misma, que se vive día a día, sin pensar en nada más; que se convierte en lo más real que se puede vivir, pues no parte de sueños hacia el mañana:

A esto se suma una buena dosis de riesgo, vitalidad y nada de temor a hacer el ridículo si manifiestan sus sentimientos de forma espontánea. Algo que prefieren vivir sin pensar mucho en el futuro. “Uno se dedica a darse la oportunidad de ser feliz”.

Así es. Y de permanecer juntos:

Aunque Ángela pensó que esto podía ser una locura, fue su novio quién insistió en seguir adelante. Hoy, casi dos años después de estar juntos, afirma que él fue muy firme, nunca se desanimó con su discurso racional y dice que se sorprendió porque encontró a un hombre que “llama las cosas por su nombre y además escucha”. Pero también son conscientes de que encontrarán obstáculos grandes y pequeños, algo que la experiencia les facilita de alguna manera para manejar la situación: no ser intensas, negociar en estilos de vida, por ejemplo rumba, gustos y costumbres. “Si uno evita ser mamá y querer transformar al otro, las cosas se acomodan”, agrega Ángela.

Y nada más cierto ni más cercano a lo que hemos vivido. ...Y los miedos:

Todo esto rodeado de inquietudes que rondan, como el día en que quieran hijos y aparece la realidad de que el reloj biológico de uno va más adelante del otro. Incertidumbres que existen y nadie niega. Pero como dice Ángela: “yo amo y amo hoy, y él dice lo mismo”. Mejor dicho, en esto cualquier cosa puede pasar.

Y, bueno, pues sí, cualquier cosa puede pasar. Y ojalá que pasen muchas más, contigo.