Después de la tormenta la playa siempre está llena de escombros, así que yo he removido entre los míos y he encontrado cuál es mi problema: los excesos. Soy una mujer de excesos. Todo en mí es excesivo. Si amo, es en exceso, si lloro, si soy consentida, si algo me apasiona, si quiero comer chocolate o langostinos, si hago llamadas de larga distancia o si me siento herida. Ya, ya, no me educaron en inteligencia emocional. No sé medirme. Me domina el exceso de todo y sobre todo el exceso de ego. Qué vaina. Pero bueno, así siento también el amor, por mi amante, por mi hijo, por mis amigos, por mi trabajo, por mis sueños, por mis nostalgias.
Y como dice por ahí Joan Manuel Serrat: "Cada uno es como es y anda siempre con lo puesto. Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio."
Friday, January 14, 2005
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1 comment:
Todos los extremos son malos. Sin embargo, tu guardas un buen matiz entre la gama de intensidad con que se hacen las cosas.
Eso es lo que te hace tan bella, inteligente y piadosa...eres excesivamente buena.
No olvides que el amor es lo más bonito de la vida, todo lo puede y vale la pena vivir la vida sólo por eso: por el amor.
Nunca cambies...
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