Friday, June 11, 2004

Naturaleza humana

Hace un tiempo he venido reflexionando sobre nuestra naturaleza, sobre la contradicción que existe entre la evidentísma ley natural que llevamos en los genes y que nos controla desde nuestro hipotálamo, y lo que la cultura marca como parámetros de comportamiento para los seres humanos.

Creo que la cultura nos hace infelices. Nos forma como seres infelices porque nos aparta de nuestros instintos. Claro, nos han hecho comer el cuento de que no, que somos distintos, que nos nos guiamos por pulsiones instintivas como los animales, que en nuestro interior habita Dios y que somos hechos a su imagen y semejanza...

Quizás sí tengamos en nuestro interior "algo" divino que nos guíe a sobreponernos a lo primario de nuestra naturaleza, pero en realidad, pocos de nosotros logran superar la barrera natural. ¿Nos creemos muy diferentes de los animales? Sólo lo somos en la medida en que reflexionamos sobre ello. Sólo el pensamiento consciente nos aleja de la ley natural. Sólo el cuestionamiento permanente nos permite realizar nuestro "ser divino".

No hay más que ver a un grupo de aves pescando en la playa. Son realmente magníficos. Pero esa belleza conlleva o una muerte -la del pez- o una frustración sasonada con hambre -la del ave-, cada vez que una de ellas se lanza en picado a pescar. Se siente entonces compasión y horror, y de repente se te revela que la naturaleza no es más que eso: una y otra vez hasta el infinito del tiempo, seres que nacen, se reproducen y mueren, que sólo viven para comer y prolongar la existencia de la especie. Así, el mundo se muestra como una inmensa máquina -cómo te comprendo, Douglas Adams- de funcionamiento perfecto... ¿con qué fin? TIENE QUE HABER UN FIN.

Y de repente te das cuenta de que los seres humanos somos como las aves y como todas las especies. Cuántos de nosotros hacemos algo más en la vida que nacer, vivir para comer, reproducirnos y morir? Somos parte de la gran máquina. Tan regidos por su sistema como todos los demás seres. Los machos, cazadores, depredadores, empeñados en demostrar que son los alfas, los más fuertes de la camada, para así tener a todas las hembras y dejar sus genes en la mayoría de recipientes posibles (selección natural). Las hembras persiguiendo a los machos que ostentan símbolos de poder. ¿somos algo más?

Estoy en crisis existencial. Les dejo las dudas.

2 comments:

Jaime Diaz said...

mmm espera y lo leo otra vez y comento...

mmmm, si, somos animales... si, yo soy el Macho Alfa! venid mujeres a mi!!! pa todas hay!!!

mmmmmm bueno, mas en serio... no, nosotros no somos la maquina, nosotros somos el diente suelto en el engranaje y por alli se partira a menos que el mecanico nos cambie antes que sea demasiado tarde, somos el virus en el computador, somos el cancer en el cuerpo... somos la nemesis de la vida.

mmmmmm demasiado trascendental por un dia


PD: YO SOY EL MACHO ALFA!!!!

Germán said...

Yo creo que estamos programados para comportarnos como lo hacemos, en la búsqueda de tres cosas:

Preservación del gen (no de la especie)
Placer Físico
Placer Emocional

A eso nos reducimos. Y me dirán, no pues, ahora Chaparro cree que se inventó el existencialismo. Pues yo voy más allá XD. Si nos damos cuenta que somos juguetes en manos de nuestra programación, que no podemos escapar de ella, no debemos deprimirnos, o dedicarnos a lamentarnos sobre la falta de sentido de la vida. Si estamos en la búsqueda del placer, pues dejarnos llevar por la corriente! Que viva el hedonismo!

Esa es mi postura.