Wednesday, August 30, 2006

De Rosa Montero

"He observado que la realidad tiende a manifestarse así, insensata, inconsebible y paradójica, de manera que a menudo de lo grosero nace lo sublime; del horror, la belleza y de lo trascendental, la idiotez más completa."

"Estoy hablando de cosas vulgares y cotidianas, porque, ¿qué puede haber más tópico y ramplón que ese afán de ser y no morir? No ha debido de existir ni un solo ser humano, desde el principio de los tiempos, que no haya experimentado alguna vez ese espejismo de hermosura, esa necesidad de permanencia. Hasta los idiotas tienen inquietudes trascendentales y aspiran alguna vez a la eternidad. La metafísica es la más común de las bajas pasiones."

Tuesday, August 29, 2006

Algo tan feo en la vida de una señorita bien.

Trabajo con una "señorita bien" (con varias, en ralidad). Y aunque resulta divertido para mí, tan "poco bien", a veces me pone a reflexionar con lo que dice. Lo último me dejó algo choqueada. Me lo dijo de manera muy afectuosa, eso sí, y muy procupada por mi:
-¿Y tú por qué sigues con ese niño? ¿Por qué no te buscas alguien mayor que tú, que te cuide, te mantenga y te ayude a criar a tu hijo?

Y bueno, pasmo en mi cara y silencio embarazoso... Es que yo no podía creer que alguien hablara del amor y de las relaciones de esa manera. Ya, ya, ya sé que así le hablan a uno las tías. Sí. Pero no lo esperaba de alguien más jóven que yo.

Lo que realmente me sorprendió fue lo que me dijo de ella misma. Es decir, ella ve las relaciones como un negocio fructífero del que se saca partido. Y me estaba sugiriendo que negara todo lo que siento en mi corazón por alguien, que lo lance lejos de mi vida y que me "consiga" a otro... ¿Que sea cómo?
¿El amor humano es así? O soy una ingenua o una ignorante. Pero yo no sabía que había que amar con declaración de renta en mano, pasado judicial y papeles de recomendación. Y menos que uno elige al tipo como en un supermercado.
Hay dos cosas graciosas. La primera, es que, si la vaina es así, NINGUN hombre se fijaría en mí. Yo sería producto descontinuado en el supermercado de las relaciones. La segunda es que la señorita afirmaba que me iba a ir mejor con uno mayor, pues "no te dejará dentro de diez años, te ayudará a crecer y te mantendrá económicamente"... ¿Y quién carajos me garantiza que los mayores sean lo suficientemente maduros como para comprometerse conmigo, asumir la crianza de un hijo que no es suyo y además durar conmigo el resto de la vida? Y, está bien, digamos que decido dejar de querer a Juan y "cazar" a uno de ésos... ¿Qué tendría que sacrificar para lograr "apresarlo"?
Ah, no, la vida, me parece, no es así. El amor no es un bien negociable. Y las relaciones necesitan bases firmes de pasión, amor y generosidad para salir adelante. Buen sexo, risas, espontaneidad y confianza. Y eso no se encuentra a la vuelta de la esquina.

Yo ya lo encontré... Ni loca lo pienso cambiar en una transacción bancaria.

Wednesday, August 16, 2006

Del amor y el penúltimo sueño

¿Quién ha dicho que el amor es uno sólo, que sólo se ama una vez y que para amarse hay que caer flechado al primer encuentro? Realmente indignada me ha dejado este libro de Angela Becerra, "El penúltimo sueño", que más parece el sueño decadente de las lectoras de Corin Tellado, llevado a 600 interminables páginas de zalamería redundante, en medio de una prosa que pretende ser poética y no sale de los clichés; maniqueo (los ricos son malos e infelices y los pobres buenos y felices) y lleno de aforismos que buscan ser sabios y no son más que lugares comunes. El peor libro que me he leído después de "Angeles y Demonios", y eso ya es mucho decir. ¿Por qué me lo leí? ... Bueno, me lo súper recomedaron dos mujeres que aparentemente tienen criterio literario... Shit happens.

Y es que el amor puede ser tan diferente y tan bello, no importa cuantas veces se ame. Eso de enamorarse para siempre y no poder amar a nadie más que no sea el "predestinado" me parece ridículo. Yo he amado con toda el alma, el cuerpo y el corazón a unos siete hombres en mi vida. Todos diferentísimos y muy importantes para mí. Bueno, y sin contar los amores adolescentes platónicos, ni los amigos que nunca pasaron a amantes, pero que hubiera podido ser; porque entonces la lista sería larguísima. Y para ponerme nostálgica tal vez tendría que decir que siguen en mi corazón, de alguna manera; quizás ya no quiera ni verlos, pero formaron parte de mi vida y a cada uno me entregué cual adolescente desbocada, desde los 16 hasta hoy. Con todos he sido feliz y llorado y tenido orgasmos múltiples. ¡Qué basura pensar que el sexo sólo funciona con un hombre en la vida!

Además, cada uno ha sido completamente diferente a los demás: altos y bajitos, gordos y flacos, guapísimos y feísimos; de arquitectos a veterinarios, pasando por músicos y financistas... (acabo de darme cuenta de que no tengo un "tipo definido" en mis preferencias).

Pero además y lo más importante, es que hoy soy feliz con un hombre y mientras permanezca a mi lado, él será mi único amor. Nada tiene que ver lo que he sentido antes. Cada enamoramiento ha sido profundamente intenso, pero he olvidado y ahora soy feliz de nuevo. Amando, riendo, llorando, haciendo el amor (que igual se hace todo el tiempo, no sólo mediante el sexo)... En nada ha disminuído la intensidad de mis sentimientos por lo que tuve en el pasado. Al contrario, cada uno me ayudó a comprender mejor a los hombres y a crecer como mujer.

Así que para seguír la prosa del libro (que debe llamarse así porque el último sueño que se concibe tras leerlo es que ardan todos lo ejemplares de una vez), debo agradecer, con el alma temblorosa en esta noche limpia y azul, con el pestañeo cómplice de las estrellas como compañía, a todos los gentiles hombres que alguna vez he amado.

...¿Insulina?