Libro de Almohada III

Lista de aromas (por aquello de El Perfume):

El aire cuando escampa.
Melón.
Libros nuevos.
Cuero.
Santos de Cartier, hombre.
Café.
Liquid Paper.
Cilantro.
Tenis sin estrenar.
El cuello de mi hijo.
Santa Rita 120 Reservado.
Pantère de Cartier.
Canela.
Estiércol de vaca (en el campo).
Nardos.
Jean Paul Gautier, mujer.
Sexo. El mío.
Madera.
Carne asada.
Marihuana seca.
Pino.
Humo de chimenea.
Tommy, hombre.
Pan caliente.
Borradores de niña.
Laurel.
Ropa limpia.
Vela al apagarse.
Hojas fotocopiadas.
Mar.
Frío del páramo en la mañana.

Ciclos Blogleros

La otra noche estuve hasta las cuatro de la mañana leyendo post viejos de este blog... Y descubrí cosas muy interesantes, además de reirme como loca con algunos de los comentarios. De hecho, descubrí que, como buena fémina, soy cíclica. Sufro de ciclos emocionales que se repiten periódicamente. Por ejemplo, sufro de ciclos de amor y odio con la Toe (ahora los amo, toelendilitos); creo en el amor y luego no y luego si, sucesivamente; insulto de vez en cuando a alguien por machista; cada cierto tiempo entierro a mi autoestima; hay épocas de test a lo chismógrafo; no pasa mucho tiempo sin que yo me haga mala leche con una película o un libro... Pero lo más bonito y que me dejó una gratísima sensación es que ustedes han estado siempre ahí. Gracias.

Fin de semana

Nimph, este fin de semana...

Historia del rey transparente

... De Rosa Montero.


Un libro realmente estupendo. El retrato de una época maravillosa, mientras se habla de las mujeres, de la iglesia, del respeto, de la guerra y del amor.

"Soy mujer y escribo. Soy plebeya y sé leer. Nací sierva y soy libre. He visto en mi vida cosas maravillosas. He hecho en mi vida cosas maravillosas. Durante algún tiempo, el mundo fue un milagro. Luego regresó la oscuridad. La pluma tiembla en mis dedos cada vez que el ariete embiste contra la puerta. U sólido portón de metal y madera que no tardará en hacerse trizas. Pesados y sudados hombres de hierro se amontonan en la entrada. Vienen a por nosotras."

Leola, una joven campesina sierva de un pequeño señor feudal, se ve obligada a huir, vestida de caballero, por los inquietantes caminos de una Edad Media un poco mágica, un poco épica, un poco sucia, un poco triste, muy luminosa, como la vida.

Muy recomendado, incluso para todos aquellos hombres que no gustan de la literatura femenina, pues su denuncia no atropella, no está cargada con el feminismo recalcitrante ni la jartera mamerta.

Muy bueno (qué triste resulta terminar los buenos libros).

... (y algo de cine)

He estado en una bellísima ceremonia hoy en torno al amor. Realmente quiero a los dos que allí hicieron sus votos y me alegra que estén contentos. Espero que la vida no sea como suele ser; espero, de verdad, por ellos, que la vida les permita seguir juntos y enamorados por mucho tiempo.

Pero me siento infinitamente triste. He perdido la esperanza. Todos hablaban de amor, exaltándolo, dándole un poder del que yo ahora dudo. ¿Existe el amor? ¿Existe esa unión potente de las almas (más allá que la de las madres y los padres con sus hijos, el amor de pareja, quiero decir), más allá de la pasión, más allá del deseo? Toda esa gente que lleva veinte años juntos... ¿Se aman? ¿Es eso posible? O será una construcción en la confianza, el cariño y la amistad, pero lejos ya de lo que solemos llamar "amor"...

Es realmente doloroso. Me siento seca de sentimientos y cínica. No me lo creo. He perdido la esperanza. Siento que sí, seguro, me sentiré atraída de nuevo por alguien, pero, ¿para qué? Quizás un tiempo de sexo gratificante, algo de dependencia, rutinas, compartir algunos gustos, y luego el desapego de nuevo, el aburrimiento y el rencor. Siento que no vale la pena construir nada con alguien. Que todo, en las relaciones de pareja, está destinado a desintegrarse, y mejor temprano que tarde, pues así duele menos. Me parece que todo en torno al "amor" no es más que una gran y compleja red de manipulaciones, guerra de poderes e intereses. Me siento vacía, depojada. No tengo nada qué dar. No soy capaz de recibir nada.

Como en la bella historia de la Reina del Hielo de Andersen, hay un trozo de hielo en mi corazón. Y nada más.

¡Salud! Por aquellos que llevan en sus corazones la mentirosa y abrazadora llama del amor. Que sean capaces de alimentarla y dejarla crecer, pero que no se consuman en ella. Salud, y no permitan que nadie como yo les llene de escarcha.

Obra de teatro recomendada para hoy: Mucho ruido y pocas nueces, de Shakespeare.
Película muy, muy recomendada: Hijos del hombre.
No pierdas la platica (ni el tiempo) con: Babel.