Saturday, February 10, 2007

... (y algo de cine)

He estado en una bellísima ceremonia hoy en torno al amor. Realmente quiero a los dos que allí hicieron sus votos y me alegra que estén contentos. Espero que la vida no sea como suele ser; espero, de verdad, por ellos, que la vida les permita seguir juntos y enamorados por mucho tiempo.

Pero me siento infinitamente triste. He perdido la esperanza. Todos hablaban de amor, exaltándolo, dándole un poder del que yo ahora dudo. ¿Existe el amor? ¿Existe esa unión potente de las almas (más allá que la de las madres y los padres con sus hijos, el amor de pareja, quiero decir), más allá de la pasión, más allá del deseo? Toda esa gente que lleva veinte años juntos... ¿Se aman? ¿Es eso posible? O será una construcción en la confianza, el cariño y la amistad, pero lejos ya de lo que solemos llamar "amor"...

Es realmente doloroso. Me siento seca de sentimientos y cínica. No me lo creo. He perdido la esperanza. Siento que sí, seguro, me sentiré atraída de nuevo por alguien, pero, ¿para qué? Quizás un tiempo de sexo gratificante, algo de dependencia, rutinas, compartir algunos gustos, y luego el desapego de nuevo, el aburrimiento y el rencor. Siento que no vale la pena construir nada con alguien. Que todo, en las relaciones de pareja, está destinado a desintegrarse, y mejor temprano que tarde, pues así duele menos. Me parece que todo en torno al "amor" no es más que una gran y compleja red de manipulaciones, guerra de poderes e intereses. Me siento vacía, depojada. No tengo nada qué dar. No soy capaz de recibir nada.

Como en la bella historia de la Reina del Hielo de Andersen, hay un trozo de hielo en mi corazón. Y nada más.

¡Salud! Por aquellos que llevan en sus corazones la mentirosa y abrazadora llama del amor. Que sean capaces de alimentarla y dejarla crecer, pero que no se consuman en ella. Salud, y no permitan que nadie como yo les llene de escarcha.

Obra de teatro recomendada para hoy: Mucho ruido y pocas nueces, de Shakespeare.
Película muy, muy recomendada: Hijos del hombre.
No pierdas la platica (ni el tiempo) con: Babel.

6 comments:

Jaime Diaz said...

Ve y yo con ganas de verme Babel... pero si, Hijos del Hombre es muy, pero muy buena.

El amor existe mientras dura.

Y no suele durar por siempre... aunque siempre estamos dispuestos a enamorarnos nuevamente.

Germán said...

Me pones triste con ese post, Magdis.

Unknown said...

Siempre me a costado pensar que es verdad eso de; juntos por siempre hasta que la muerte los separe, lo dudo mucho, no se, siento que el ser humano sigue siendo un animal despues de todo.
Pero tambien pienso que hay que apreciarlo y disfrutarlo mientras se vive y ahelarlo cuando no se tiene, de eso consta la vida.Al fin y al cabo nada es perfecto.
Pero no te desanimes que despues de un dia oscuro siempre hay sol y viceversa, si no mira no mas el clima de bogota ;)

Rodrigo Bastidas said...

todavia con "los hijos" no puedo sacarme de la cabeza la secuencia de la guerra

Anonymous said...

bueno...que te puedo decir...
quisiera escribir que lo siento, porque nuestra pequeña reunion parece haber empeorado algo las cosas. Pero la verdad estoy feliz.

No sonlas primeras nilas unicas veces que oigo que el amor no es para siempre, que de hecho dura poco. Pero mi vida esta llena de cuentos, y por lo tanto es un cuento en si misma. Tal vez este cuento tenga un final feliz. Lo quiero creer, y lo seguire creyendo mientras me queden fuerzas para soñar.

te quiero... se que sou...como decirtelo, bueno supongo que cuando quieres hablar con alguien esperas alguien que te entienda y tenga una "sabiduria delos años" parecida a la tuya...y yo no encajo ahi...
pero a mi siempre me ayuda saber que alguien me quiere. y yo te quiero mucho

Anonymous said...

Es que, querida - y no es simple expresión - Nimph, tienes que meterte en esa adorable cabecita tan llena de sabiduría pero a veces tan - adorablemente - terca que el Amor es una decisión que trasciende el simple sentimiento y va mucho más allá de las hormonas.

Yo mismo no lo entendía en un entonces que alcanzamos a compartir, y de verdad siento no haberlo comprendido para haber pagado en parte al menos, con esa enseñanza, tantas y tantas cosas que tú me enseñaste. Quizá de haberlo entendido entonces - de hberlo entendido los dos entonces - el final no hubiera sido diferente (Recuerda a Heinlein: el tiempo se corrige a sí mismo) pero quizá no hubiera sido amargo.

Pero te entiendo y sólo me queda brindar por tu tristeza, que pone un brillo tan bello en los silmarili que tienes por ojos.