Una noche lluviosa, usando unos pantalones gigantes de Sherman, tuve en mis manos cuatro ejemplares del comic Sin City. A pesar del frío, me sumergí en una historia visualmente impresionante, pero realmente escalofriante por su violencia debastadora, cruel y sin sentido. Al terminar la lectura decidí para mis adentros que el comic era una basura, en cuanto a su historia, pero estaba muy bien hecho.
Finalmente, conseguí la manera de ver la película, así que yo sí hablo con cierto conocimiento del comic. Pero bueno. El film me pareció sencillamente fabuloso. ¿Y por qué, entonces, si las revistas no me convencieron? ¿Por qué, si era la misma historia y visualmente es absolutamente idéntico al comic, casi cuadro a cuadro?
Pues no puedo explicarlo bien. Quizás la cinta logra redondear y dar coherencia a las historias y transformarla en la apología, no de la violencia, sino de la desesperanza. Sin City, la película, es la representación épica del mundo contemporáneo.
Pero tenemos, además, el virtuosismo fotográfico de la cinta, que es más impresionante para quienes conocen el comic, pues retoma cada detalle del dibujo, desde los altos contrastes hasta el enfoque visual de los planos; desde el físico de los personajes hasta los accesorios. Y la estupenda dirección, pero, ¿quiénes más podían haberla dirigido? Y los actores...
Sencillamente, una película para tener en casa. Lo que nunca diría del comic. Curioso.
Tuesday, September 27, 2005
Saturday, September 24, 2005
En alta mar
Ando vertiginosa... Es decir, con algo que los doctores llaman vértigo paroxístico (los malpensados que piensen lo que quieran). Y, bueno, pues ando como en una canoa en alta mar... Algo parecido a cierta traba con ciertos amigotes...
En fin. Nada más que un saludo para que sepan que aún sigo viva y que ya regresaré renovada y con más camorra -esta vez de la buena- para todos. Eso, cuando por fin toque tierra firme...
En fin. Nada más que un saludo para que sepan que aún sigo viva y que ya regresaré renovada y con más camorra -esta vez de la buena- para todos. Eso, cuando por fin toque tierra firme...
Saturday, September 17, 2005
Un lugar para crecer
"Educar es facilitar a otros la tarea de SER, de pensar por sí mismos, de ser autónomos, de analizar los problemas personales y nacionales para asumir actitudes honestas frente a la vida y a la humanidad. Educar es descubrir que éste es un proceso que nunca concluye. Se replantea y perfecciona con el permanente concurso de cada quien. Educar es ayudar a otros a descubrir que el crecimiento personal se puede lograr siempre; no sólo en las aulas y en el hogar, sino también en el trabajo y en el ejercicio cotidiano de la solidaridad."
Emma Gaviria de Uribe
Directora Colegio San Patricio
Emma Gaviria de Uribe
Directora Colegio San Patricio
Quién más que tú, Emmita, podía irse de este mundo satisfecha, con la certeza de haber hecho cosas muy grandes en la vida y la satisfacción de haber influído tan amorosamente en la manera de ver el mundo de miles de mujeres. Por tí amo este país dolorosamente; por tí aprendí a defender lo que creo y lo que pienso y a relizar lo que planeo. Por tí veo mi trabajo como una manera de construir al mundo. Gracias a tí me he convertido en madre y mujer completa.
Es extraño pensar el mundo sin ti. Durante un tiempo aplacé la visita en la que te contaría que ahora trato de haer con mis estudiantes lo que tú hiciste conmigo. En la que te contaría que la veracidad y la solidaridad constituyen la lección que cada día intento, no sólo de palabra, sino con el ejemplo. Hubiese querido presentarte a mi hijo.
Un poco tarde, ¿por qué la vida nos hace estas maranadas?
Gracias por haber sido tú, sencillamente, Emita.
Thursday, September 15, 2005
Literatura Reggaeton
Dedicado a Mario Mendoza (entre otros).
Parafraseando a un graffiti que vi alguna vez, cuando el destino quiere matar a un escritor, lo hace ganador de premios. El mal de la “premioditis” está acabando con la buena literatura colombiana, pues la evidencia muestra que no es bueno decirle a un escritor joven que es genial... No aún y sobre todo, cuando su estilo y sus letras necesitan todavía mucho trabajo y perfeccionamiento. Por esta razón, Colombia puede decir que tiene hoy en día toda una serie de pequeñas vedettes de la literatura, cuyos trabajos son, digamos, divertidos; cuyo talento a veces asoma en ciertos usos del lenguaje, pero que definitivamente no son las grandes letras nacionales de nuestro tiempo. Podrían llegar a serlo, claro, si siguieran trabajando, investigando, puliendo. El problema es que ya se han ganado todos los premios locales (a propósito, sería interesante que los jurados anotaran el por qué de la entrega de esos premios y de qué manera sus elegidos no son escritores consagrados... O a ver si eligen otros jurados) y las editoriales los convierten en pequeños dioses -claro, son los que venden en esta pobre y maltratada industria-. Más que escritores son ahora figuras públicas que deben atender múltiples ocupaciones: dar conferencias, firmar libros en las ferias, inaugurar escuelas, asistir a simposios, conceder entrevistas, elegir reinas, escribir columnas, tomarse fotos y asistir a cócteles... Es decir, todo menos lo que realmente debería importarles: sentarse a escribir. Escribir como escritor, quiero decir. En soledad y silencio; con disciplina, corrección, creatividad y entrega. Escribir desde las entrañas. Corregir despiadadamente. Buscar y revelar las historias únicas, los personajes coherentes, las herramientas adecuadas.
Quizás espero mucho de la literatura y de los literatos. Pero es que en un mundo que se debate entre Cartoon Network y la violencia más vulgar, algunos esperamos encontrar refugio en las páginas de un libro. Ojalá escrito por un colombiano... ¿Qué mejor? Quizás el ansiado bálsamo surja de aquel libro que está “súper in”. El que se leyeron, incluso, la modelito paisa y el ministro de obras públicas. Ese que salió reseñado muy positivamente en Cromos. El del afiche en la librería. ¿Cómo no va a ser bueno, si su autor se ha ganado un montón de premios? Además, a la tía gringa de Beatricita le fascinó y el chino adolescente, hijo del Mono Suárez, se lo “devoró” en quince días...
Hago el esfuerzo y termino el libro. Por deformación profesional, quizás, o porque no me voy a dejar ganar del chino Suárez. Pero al dar la vuelta final a la contraportada experimento el mismo alivio que cuando apago el noticiero en medio del reportaje de la bomba: ya no nos cabe más sangre gratuita, más reportajes insulsos, más historias amarillistas, más lástima por esta país. Ya o soportamos más investigaciones superficiales, palabras huecas, lugares comunes. No sé ustedes, pero yo ya estoy harta de pobreza, balas, droga y corrupción, y de la poco original manera en que siempre se cuenta la misma historia.
En adición, a la literatura contemporánea colombiana, como a Cartoon Network –a la que se parece mucho-, ya no le caben más personajes planos y estereotípicos. Está que rebosa de imágenes evidentes, recursos literarios eclécticos y de mal gusto (por parecer creativos) y efectos caricaturescos mal logrados.
¿Será entonces que el fenómeno literario colombiano responde hoy en día a una cultura basada en lo facilista, la vulgaridad y la falta absoluta de profundidad? ¿Será que nos enfrentamos a una literatura-reaggaeton? Lo evidente, lo explícito, lo que no requiere esfuerzo para ser comprendido, lo que no nos exige pensar. Por supuesto, esa es la manera fácil. Eso es lo que vende. Pero es una lástima perder buenas letras en la barahúnda comercial de nuestro fenómeno cultural. Es una lástima no permitirles madurar y construir Literatura, así, con mayúsculas. ¿Qué dirá la posteridad de nuestros jóvenes premiados? Algunos venderían con gusto su alma al diablo, como Enoch Soames, para comprobar el reconocimiento del futuro. Porque en lugar de dedicarse a perfeccionar su arte literario, se han consagrado a cultivar su ego.
Parafraseando a un graffiti que vi alguna vez, cuando el destino quiere matar a un escritor, lo hace ganador de premios. El mal de la “premioditis” está acabando con la buena literatura colombiana, pues la evidencia muestra que no es bueno decirle a un escritor joven que es genial... No aún y sobre todo, cuando su estilo y sus letras necesitan todavía mucho trabajo y perfeccionamiento. Por esta razón, Colombia puede decir que tiene hoy en día toda una serie de pequeñas vedettes de la literatura, cuyos trabajos son, digamos, divertidos; cuyo talento a veces asoma en ciertos usos del lenguaje, pero que definitivamente no son las grandes letras nacionales de nuestro tiempo. Podrían llegar a serlo, claro, si siguieran trabajando, investigando, puliendo. El problema es que ya se han ganado todos los premios locales (a propósito, sería interesante que los jurados anotaran el por qué de la entrega de esos premios y de qué manera sus elegidos no son escritores consagrados... O a ver si eligen otros jurados) y las editoriales los convierten en pequeños dioses -claro, son los que venden en esta pobre y maltratada industria-. Más que escritores son ahora figuras públicas que deben atender múltiples ocupaciones: dar conferencias, firmar libros en las ferias, inaugurar escuelas, asistir a simposios, conceder entrevistas, elegir reinas, escribir columnas, tomarse fotos y asistir a cócteles... Es decir, todo menos lo que realmente debería importarles: sentarse a escribir. Escribir como escritor, quiero decir. En soledad y silencio; con disciplina, corrección, creatividad y entrega. Escribir desde las entrañas. Corregir despiadadamente. Buscar y revelar las historias únicas, los personajes coherentes, las herramientas adecuadas.
Quizás espero mucho de la literatura y de los literatos. Pero es que en un mundo que se debate entre Cartoon Network y la violencia más vulgar, algunos esperamos encontrar refugio en las páginas de un libro. Ojalá escrito por un colombiano... ¿Qué mejor? Quizás el ansiado bálsamo surja de aquel libro que está “súper in”. El que se leyeron, incluso, la modelito paisa y el ministro de obras públicas. Ese que salió reseñado muy positivamente en Cromos. El del afiche en la librería. ¿Cómo no va a ser bueno, si su autor se ha ganado un montón de premios? Además, a la tía gringa de Beatricita le fascinó y el chino adolescente, hijo del Mono Suárez, se lo “devoró” en quince días...
Hago el esfuerzo y termino el libro. Por deformación profesional, quizás, o porque no me voy a dejar ganar del chino Suárez. Pero al dar la vuelta final a la contraportada experimento el mismo alivio que cuando apago el noticiero en medio del reportaje de la bomba: ya no nos cabe más sangre gratuita, más reportajes insulsos, más historias amarillistas, más lástima por esta país. Ya o soportamos más investigaciones superficiales, palabras huecas, lugares comunes. No sé ustedes, pero yo ya estoy harta de pobreza, balas, droga y corrupción, y de la poco original manera en que siempre se cuenta la misma historia.
En adición, a la literatura contemporánea colombiana, como a Cartoon Network –a la que se parece mucho-, ya no le caben más personajes planos y estereotípicos. Está que rebosa de imágenes evidentes, recursos literarios eclécticos y de mal gusto (por parecer creativos) y efectos caricaturescos mal logrados.
¿Será entonces que el fenómeno literario colombiano responde hoy en día a una cultura basada en lo facilista, la vulgaridad y la falta absoluta de profundidad? ¿Será que nos enfrentamos a una literatura-reaggaeton? Lo evidente, lo explícito, lo que no requiere esfuerzo para ser comprendido, lo que no nos exige pensar. Por supuesto, esa es la manera fácil. Eso es lo que vende. Pero es una lástima perder buenas letras en la barahúnda comercial de nuestro fenómeno cultural. Es una lástima no permitirles madurar y construir Literatura, así, con mayúsculas. ¿Qué dirá la posteridad de nuestros jóvenes premiados? Algunos venderían con gusto su alma al diablo, como Enoch Soames, para comprobar el reconocimiento del futuro. Porque en lugar de dedicarse a perfeccionar su arte literario, se han consagrado a cultivar su ego.
Tuesday, September 13, 2005
Yo soy yo
Simple y profundo... O nada, en realidad. Para quienes me conocen, es suficiente. Para los demás... Ya bastante con un blog egocéntrico como para intentar lucirme en el perfil. Al menos mi prepotencia no me lleva a hablar mal de mi familia.
Me recuerda a Andrés López... Definitivamente algunos creen que son dos estratos superiores a sus padres.
Y, lo olvidaba: ¿"cariño"? ¿Intenta alguien parecer play a lo serie gringa? ¡Plase! !Give me a break! (Notese la voz en falsete de estudiante de college).
Me recuerda a Andrés López... Definitivamente algunos creen que son dos estratos superiores a sus padres.
Y, lo olvidaba: ¿"cariño"? ¿Intenta alguien parecer play a lo serie gringa? ¡Plase! !Give me a break! (Notese la voz en falsete de estudiante de college).
Monday, September 12, 2005
El Matrimonio
Acabo de recibir un mail que pretendía ser gracioso sobre esposas que se vengan de sus maridos. ¿Será que una mujer es tan infeliz al cabo de un buen tiempo al lado de un hombre? ¿Será realmente que los hombres no valoran a sus mujeres y se la pasan engañándolas, humillándolas, haciéndolas tan desgraciadas? Y me pregunto: si los abuelos hacen esos chistes, y los que llevan veinte años juntos, y los que se separaron tambien, entonces, ¿por qué seguimos casándonos? ¿Qué será lo que un hombre realmente busca en la muejr con la que se casa? ¿Y una mujer? ¿No será que ellos se casan buscando a mamá que haga la cena y lave la ropa, y a la vez sexo fijo y sin costo? ¿No será que ellas se casan para tener quien las mantenga y para no quedarse soletrona y para darle envidia a la mejor amiga?
O es quizás que nos casamos pensando que el amor será igual siempre, que siempre tendremos ganas de tener sexo como en ese momento, que nunca tendremos problemas de plata y que un bebé será todo armonía y felicidad... Quizás pensamos que vivir juntos y compartir cama, baño, mesa, canal del televisor, fines de semana, paseos familiares, domingos por la tarde, será genial por siempre. Quizás pensamos que el sexo lo solucionará todo. Que él será siempre guapo y perfumado y ella siempre delgada y radiante. Quizás creemos que siempre tendremos de qué hablar y que siempre será divertido oir al otro. Quizás, simplemente, nos sentimos muy solos a las cinco de la tarde. O quizás queremos ponerle candado al amor; pensado que así será eternamente nuestro. Quizás creamos que el aburrimiento y el hastío no existen.
Quizás soy demasiado cínica. Pero entonces, ¿por qué la gente, después de muchos años viviendo juntos, no es feliz?
*Si, si, hay excepciones... Pero en esos casos, díganme, ¿el marido ha sido siempre fiel? ¿Cómo es la señora, sumisa o histérica? ¿Sabemos de verdad que son SON felices, que no se ODIAN secretamente? No lo sé...
O es quizás que nos casamos pensando que el amor será igual siempre, que siempre tendremos ganas de tener sexo como en ese momento, que nunca tendremos problemas de plata y que un bebé será todo armonía y felicidad... Quizás pensamos que vivir juntos y compartir cama, baño, mesa, canal del televisor, fines de semana, paseos familiares, domingos por la tarde, será genial por siempre. Quizás pensamos que el sexo lo solucionará todo. Que él será siempre guapo y perfumado y ella siempre delgada y radiante. Quizás creemos que siempre tendremos de qué hablar y que siempre será divertido oir al otro. Quizás, simplemente, nos sentimos muy solos a las cinco de la tarde. O quizás queremos ponerle candado al amor; pensado que así será eternamente nuestro. Quizás creamos que el aburrimiento y el hastío no existen.
Quizás soy demasiado cínica. Pero entonces, ¿por qué la gente, después de muchos años viviendo juntos, no es feliz?
*Si, si, hay excepciones... Pero en esos casos, díganme, ¿el marido ha sido siempre fiel? ¿Cómo es la señora, sumisa o histérica? ¿Sabemos de verdad que son SON felices, que no se ODIAN secretamente? No lo sé...
Saturday, September 10, 2005
Memorias
Nació al iniciar los años treinta en una casa grande de la calle 22 con quinta, fruto de la hija mayor de una importante familia bogotana y de un hombre simple, santandereano, que fue el primero en ganar la lotería de Bogotá. Estudió con los curas Cervantinos y con los Magistrados Rosaristas e hizo de su vida el ejercicio de la legalidad. Era, sin lugar a dudas, un hombre bueno. De niño, un tío joven que leía Biliquen le puso el apodo con el cual lo conocerían sus amigos hasta el día de su muerte: Pibe. Y no exagero. En las pompas fúnebres de El Tiempo y en la lápida del mausoleo familiar, en el Cementerio Central, este fue el nombre con el que se anunció su muerte.
El Pibe Torres amó y engañó y sufrió de mal de soltería hasta sus cuarenta años, cuando, siendo procurador del Quindío, conoció los únicos ojos que lo obligarían a llevar argolla. Ella tenía diez y siete y estudiaba en Calarcá. Sus cabellos largos y castaños tenían un tono gris indefinible, y sus grandes ojos azules se convirtieron en la razón de su vida hasta que logró que se casara con él.
A lo largo de su vida vio y conoció todo tipo de lugares y personas. Dentro de Colombia. Porque aunque anduvo miles y miles de kilómetros, nunca salió de su país y nunca quiso hacerlo. Del Cesar importó, junto con un grupo de jóvenes bochincheros, la alegría de la parranda Vallenata. Pero además contaba historias maravillosas de los llanos o del amazonas; de la Guajira y Mompox; del Chocó y el Urabá.
Pero eso sí: era bogotano hasta los tuétanos, del hablar al vestir: hincha del Santa Fé, godo Laureanista, ala, caray, caminante de la Candelaria y Chapinero; adoraba el ajiaco y el bisté a caballo y jugaba Tennis en los Lagartos.
Fumaba John Player y Pipa... Una pipa deliciosa que delietó las noches de mi niñez con el olor de la picadura que él mismo preparaba. Y su colonia, que echaba en el pañuelo, siempre de lavanda... Y la gomina Lechuga de su pelo almidonado.
A pesar de su conservadurismo, andaba desnudo por la casa y en ella nunca hubo censura pera mí. Ni horario para dormir o comer.
La música era su pasión: el jazz de las Big Bands, el viejo Son, los Boleros y Frank Sinatra. Bailaba como los dioses y era capaz de escribir poemas o tocar guitarra de oído cuando se sentía inspirado.
Era mujeriego y seductor. Entre sus novias eternas se encuentran bellas mujeres, como Gloria Sea, a quién adoró toda su vida. Y no podía evitarlo: su maravilloso sentido del humor y su encanto personal eran irresistibles.
Pero sabía también darle un lugar especial a todas las cosas y conservar la honestidad y la dignidad hasta las últimas consecuencias.
¿Qué es lo que más recuerdo? Quizás cuando me lanzaba, muy pequeña, sobre él, y él me hacía volar sobre el aire hasta la cama. O sus negocios: "te dejo ir si me das ocho besos, tres abrazos y una espichada".
Quizás la luz de su cuarto, hsta la madrugada; luz de lectura que apaciguaba todos mis temores.
Quizás cuando me leía, teniendo yo cinco años, los poemas de don León de Greiff; o me enseñaba a bailar bolero, a los doce.
Quizás su pasión desbordada por el cine y la manera como siempre se sabía (y arruinaba) los argumentos de cualquier película.
Quizás cuando me llevaba a comer Cóctel de langostinos y Fillet Mignon al Club del Rosario, como si yo fuera su cita y no una niña de seis años.
Indudablemente, la manera en que me enseñó a disfrutar del mundo, de lo sensual, del placer de la buena comida y la buena música y el buen cine. Cómo me enseñó a valorar la sencillez de la belleza y a nunca lagarterale a nadie.
O cómo me transmitió el gusto por la argumentación inteligente y la pasión de la lectura.
Hoy me veo repitiéndolo en gestos y palabras, en gustos y desprecios.
Hoy, más que nunca, está sentado junto a mí.
Hoy lo veo en ciertos gestos de mi hijo, en algunas de sus terquedades.
Gracias, Papá. No hubiera querido uno diferente. No importa lo que te haya dicho una adolescente inconsciente alguna vez. Donde quiera que estés (en tu paraíso de mecatos a medianoche, New York-New York y el mar de Cartagena), quiero que sepas que te extraño.
El Pibe Torres amó y engañó y sufrió de mal de soltería hasta sus cuarenta años, cuando, siendo procurador del Quindío, conoció los únicos ojos que lo obligarían a llevar argolla. Ella tenía diez y siete y estudiaba en Calarcá. Sus cabellos largos y castaños tenían un tono gris indefinible, y sus grandes ojos azules se convirtieron en la razón de su vida hasta que logró que se casara con él.
A lo largo de su vida vio y conoció todo tipo de lugares y personas. Dentro de Colombia. Porque aunque anduvo miles y miles de kilómetros, nunca salió de su país y nunca quiso hacerlo. Del Cesar importó, junto con un grupo de jóvenes bochincheros, la alegría de la parranda Vallenata. Pero además contaba historias maravillosas de los llanos o del amazonas; de la Guajira y Mompox; del Chocó y el Urabá.
Pero eso sí: era bogotano hasta los tuétanos, del hablar al vestir: hincha del Santa Fé, godo Laureanista, ala, caray, caminante de la Candelaria y Chapinero; adoraba el ajiaco y el bisté a caballo y jugaba Tennis en los Lagartos.
Fumaba John Player y Pipa... Una pipa deliciosa que delietó las noches de mi niñez con el olor de la picadura que él mismo preparaba. Y su colonia, que echaba en el pañuelo, siempre de lavanda... Y la gomina Lechuga de su pelo almidonado.
A pesar de su conservadurismo, andaba desnudo por la casa y en ella nunca hubo censura pera mí. Ni horario para dormir o comer.
La música era su pasión: el jazz de las Big Bands, el viejo Son, los Boleros y Frank Sinatra. Bailaba como los dioses y era capaz de escribir poemas o tocar guitarra de oído cuando se sentía inspirado.
Era mujeriego y seductor. Entre sus novias eternas se encuentran bellas mujeres, como Gloria Sea, a quién adoró toda su vida. Y no podía evitarlo: su maravilloso sentido del humor y su encanto personal eran irresistibles.
Pero sabía también darle un lugar especial a todas las cosas y conservar la honestidad y la dignidad hasta las últimas consecuencias.
¿Qué es lo que más recuerdo? Quizás cuando me lanzaba, muy pequeña, sobre él, y él me hacía volar sobre el aire hasta la cama. O sus negocios: "te dejo ir si me das ocho besos, tres abrazos y una espichada".
Quizás la luz de su cuarto, hsta la madrugada; luz de lectura que apaciguaba todos mis temores.
Quizás cuando me leía, teniendo yo cinco años, los poemas de don León de Greiff; o me enseñaba a bailar bolero, a los doce.
Quizás su pasión desbordada por el cine y la manera como siempre se sabía (y arruinaba) los argumentos de cualquier película.
Quizás cuando me llevaba a comer Cóctel de langostinos y Fillet Mignon al Club del Rosario, como si yo fuera su cita y no una niña de seis años.
Indudablemente, la manera en que me enseñó a disfrutar del mundo, de lo sensual, del placer de la buena comida y la buena música y el buen cine. Cómo me enseñó a valorar la sencillez de la belleza y a nunca lagarterale a nadie.
O cómo me transmitió el gusto por la argumentación inteligente y la pasión de la lectura.
Hoy me veo repitiéndolo en gestos y palabras, en gustos y desprecios.
Hoy, más que nunca, está sentado junto a mí.
Hoy lo veo en ciertos gestos de mi hijo, en algunas de sus terquedades.
Gracias, Papá. No hubiera querido uno diferente. No importa lo que te haya dicho una adolescente inconsciente alguna vez. Donde quiera que estés (en tu paraíso de mecatos a medianoche, New York-New York y el mar de Cartagena), quiero que sepas que te extraño.
Sunday, September 04, 2005
De muchas cosas
Pues bueno... Vamos a ver si ahora, que tengo ya MI PROPIO PC, mantengo más al día este blog... Pues hoy quería comentar varias cosas, pues he paseado a gusto por la comunidad bloguera y me han dado mucho que pensar.
Lo primero, bueno, pues en torno a la sexualidad femenina. Si bien es cierto que en muchas culturas, y gracias al dominio patriarcal religioso en casi todas, la mujer ha sido confinada a la asexualidad o a la insatisfacción (o bien al anulamiento social), los antiguos vedas dieron lugar a un tipo de sociedad y culto que, al contrario, honra y mistifica la sexualidad femenina como elemento fundamental para la elevación espiritual. Si aún no lo saben, hablo del Tantra. No me refiero solamente a la nuevamoda por la cual se reunen orgías multitudinarias o los hombres de entrenan para ser multiorgásmicos. Aunque no dejo de pensar que el tantra debería ser obligatorio en el colegio (de hecho, es mucho más útil que el 90% de las asignaturas), estoy hablando de una disciplina, creencia y manera de asumir el mundo que tiene más de seis mil años de existencia y que plantea una postura equilibrada y muy bella sobre la sexualidad humana. Sostiene, simplificando al máximo la cuestión, que el universo se mantiene gracias a la interacción de lo femenino y lo masculino y sólo en ésta se realiza. Por esa razón, los órganos sexuales femeninos y masculinos son adorados y se les rinde culto, dentro del respeto más profundo a aquello que nos une y forma el centro de todas las cosas. Mientras en occidente se sostiene que el sexo ensucia y pervierte, al centro de la cultura tántrica se exalta el sexo amoroso como la búsqueda perfecta de la ascención hacia lo divino. El tantra convierte a su practicante en un amante fabuloso (no podemos olvidar que el kama-sutra es uno de los libros tántricos más conocidos) pero también le enseña a controlar su energía vital y a liberar su ser divino, poniéndolo en contacto con el "divino universal". Es una forma de yoga que aprovecha la sexualidad para alcanzar la perfección en una décima partedel tiempo que otras formas de yoga requieren. ¿No les parece estupendo? Sexo liberado de culpa, de connotaciones escatológicas; sexo no degradado ni degradante.
A mí me parece sencillamente genial.
****
Por otro lado, he estado viendo muchas cosas:
-Volví a entender por qué Casablanca es una obra maestra... Esa gente sí sabía hacer cine.
-Redescubrí la maestría de Linch en Terciopelo Azul (la Pulp Fiction de su época).
-Descúbrí el encanto de Saddam en South Park, la película.
-Me conmoví de nuevo hasta lo más profundo con la sencilla belleza de El Cartero. Ah, las metáforas!
-Me incliné de nuevo ante Bosé (papacito) en Tacones Lejanos. Piensa en mí...
-Me antojé otra vez de la malteada de cinco dólares... A qué no adivinan con qué película.
-Confirmé que Juegos, Trampas y un Par de Pistolas Humeantes es mejor que Snatch.
-Duré dos horas y media riéndome y confirmando que pertenezco a una generación muy particular. ¡Viva la generación de la Guayaba! Andrés Lopez es un duro.
****
Terminé las historias de Terramar. ¿Alguien con quien comentarlas?
Estoy leyendo el Memorial del Convento de Saramago. Sin palabras.
Alicia a través del espejo es demasiado demente para mí.
****
Bueno, a ver si dejo tema para otros post. Gracias por su sintonía.
Lo primero, bueno, pues en torno a la sexualidad femenina. Si bien es cierto que en muchas culturas, y gracias al dominio patriarcal religioso en casi todas, la mujer ha sido confinada a la asexualidad o a la insatisfacción (o bien al anulamiento social), los antiguos vedas dieron lugar a un tipo de sociedad y culto que, al contrario, honra y mistifica la sexualidad femenina como elemento fundamental para la elevación espiritual. Si aún no lo saben, hablo del Tantra. No me refiero solamente a la nuevamoda por la cual se reunen orgías multitudinarias o los hombres de entrenan para ser multiorgásmicos. Aunque no dejo de pensar que el tantra debería ser obligatorio en el colegio (de hecho, es mucho más útil que el 90% de las asignaturas), estoy hablando de una disciplina, creencia y manera de asumir el mundo que tiene más de seis mil años de existencia y que plantea una postura equilibrada y muy bella sobre la sexualidad humana. Sostiene, simplificando al máximo la cuestión, que el universo se mantiene gracias a la interacción de lo femenino y lo masculino y sólo en ésta se realiza. Por esa razón, los órganos sexuales femeninos y masculinos son adorados y se les rinde culto, dentro del respeto más profundo a aquello que nos une y forma el centro de todas las cosas. Mientras en occidente se sostiene que el sexo ensucia y pervierte, al centro de la cultura tántrica se exalta el sexo amoroso como la búsqueda perfecta de la ascención hacia lo divino. El tantra convierte a su practicante en un amante fabuloso (no podemos olvidar que el kama-sutra es uno de los libros tántricos más conocidos) pero también le enseña a controlar su energía vital y a liberar su ser divino, poniéndolo en contacto con el "divino universal". Es una forma de yoga que aprovecha la sexualidad para alcanzar la perfección en una décima partedel tiempo que otras formas de yoga requieren. ¿No les parece estupendo? Sexo liberado de culpa, de connotaciones escatológicas; sexo no degradado ni degradante.
A mí me parece sencillamente genial.
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Por otro lado, he estado viendo muchas cosas:
-Volví a entender por qué Casablanca es una obra maestra... Esa gente sí sabía hacer cine.
-Redescubrí la maestría de Linch en Terciopelo Azul (la Pulp Fiction de su época).
-Descúbrí el encanto de Saddam en South Park, la película.
-Me conmoví de nuevo hasta lo más profundo con la sencilla belleza de El Cartero. Ah, las metáforas!
-Me incliné de nuevo ante Bosé (papacito) en Tacones Lejanos. Piensa en mí...
-Me antojé otra vez de la malteada de cinco dólares... A qué no adivinan con qué película.
-Confirmé que Juegos, Trampas y un Par de Pistolas Humeantes es mejor que Snatch.
-Duré dos horas y media riéndome y confirmando que pertenezco a una generación muy particular. ¡Viva la generación de la Guayaba! Andrés Lopez es un duro.
****
Terminé las historias de Terramar. ¿Alguien con quien comentarlas?
Estoy leyendo el Memorial del Convento de Saramago. Sin palabras.
Alicia a través del espejo es demasiado demente para mí.
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Bueno, a ver si dejo tema para otros post. Gracias por su sintonía.
A ver a quién le sorprende
The Dante's Inferno Test has banished you to the Second Level of Hell!
Here is how you matched up against all the levels:
Take the Dante's" Inferno Hell Test
Here is how you matched up against all the levels:
Level | Score |
---|---|
Purgatory (Repenting Believers) | Very Low |
Level 1 - Limbo (Virtuous Non-Believers) | Low |
Level 2 (Lustful) | Very High |
Level 3 (Gluttonous) | Low |
Level 4 (Prodigal and Avaricious) | Low |
Level 5 (Wrathful and Gloomy) | Low |
Level 6 - The City of Dis (Heretics) | Low |
Level 7 (Violent) | High |
Level 8- the Malebolge (Fraudulent, Malicious, Panderers) | High |
Level 9 - Cocytus (Treacherous) | Low |
Take the Dante's" Inferno Hell Test
Thursday, September 01, 2005
Minutos
He leído en alguna parte que la duración de un minuto depende de qué lado de la puerta del retrete estés...
¿Cuál ha sido tu minuto más largo... Y más corto de la vida?
¿Cuál ha sido tu minuto más largo... Y más corto de la vida?
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